lunes, 11 de abril de 2016

LA CREACIÓN DE UNA TÉCNICA


DAR EL PRIMER PASO


“Atreverse a dar el primer paso no es una decisión fácil, hay que tener claro que poco a poco se construyen sueños y cuando te ves rodando por un camino incierto, la perseverancia, la disciplina y el querer hacer algo diferente son los elementos que guiaran tus pasos por el largo sendero.”


Cuando inicié mi experiencia de manipular la hoja caulinar, no proyecté desarrollar una técnica, simplemente empezó como un disfrute, jugué a darle color a aquella fibra caulinar con vinilos, con tinta, con lápices de color, jugué a adherirlos a superficies y acompañarlos de otros elementos naturales. Así nacieron mis dos primeras creaciones con la fibra caulinar. 
Primera obra utilizando la lámina caulinar



                                          
                                           Foto restaurada, no hay mejor registro de la segunda obra













Durante el desarrollo práctico de mi tesis de grado necesitaba darle agilidad al proceso de recolección y pigmentación de la lámina caulinar.

Estos son algunos datos importantes de como ha sido la evolución y mejoramiento paulatino de la técnica:


En mis primeras experiencias, recolectaba las hojas caulinares completas y las llevaba a casa para transformarlas, siempre había material sobrante, aunque estudiaba en Pereira, la recolección la hice en guaduales Quindianos. Hoy en día después de la selección de las hojas adecuadas el corte se hace en el sitio; en aquellos mágicos guaduales, donde la inspiración florece al compás del viento, el canto de aves y el olor singular la  naturaleza.

Corte de material caulinar en el sitio

    Hoja Caulinar

Mágico e inspirador guadual, fuente de materia prima
Para realizar los diseños propuestos en la tesis de grado seccioné en partes de menor tamaño.  Conocía  el  proceso de inmunización de la guadua, decidí implementarlo en la hoja utilizando  ácido bórico y bórax disuelto en agua; con la experiencia aprendí que la hoja es un material muy resistente que las principales  razones para el deterioro de las cualidades de la fibra son la exposición al sol y el contacto con el agua, si en el proceso de tinturado se utiliza alcohol esto ayuda a su preservación; así que el proceso de inmunización se he descartado.


Experimentando lápices de color en mi segunda obra
Para darles color a las hojas empece a experimentar con vinilo, tinta china, lápices de color, luego  la técnica de tintura en tela, contaba con la experiencia de darle color a mis pantalones ajados...a  los pantalones decolorados de aquel muchacho que reconocía el valor de las cosas y lo maravilloso de recuperarlos a través del color,  con aquella solución de agua en ebullición a la cual se le adiciona previamente pigmento disuelto y sal de cocina para facilitar la fijación del color; otro gran inconveniente era  que la secciones tendían a flotar y había que revolver constantemente  para lograr uniformidad en el color y aquella mezcla era desechada haciendo más costoso y dispendioso el proceso.  


Es en estas etapas donde la técnica ha logrado el mayor y mejor desarrollo, por cuestiones de las causalidades de la vida asistiendo a un evento artesanal en Bogotá, descubrí a una artesana del Valle del cauca, la cual de manera gentil compartió sus experiencias en la elaboración de sus artesanías, trabajaba con calabazos y le daba color, un color bello , transparente y  preciso, un color acorde a aquella superficie natural. cuando regresé a mi taller empecé a implementar el proceso en la hoja caulinar y el resultado fue maravilloso y es el proceso que aplicamos en la técnica hoy en día. 

Nunca pude agradecerle a aquella persona, a la  artesana que por situaciones de la vida  hizo  tan valioso aporte a la Técnica de enchape caulinar.


Mencioné que seccionaba la lámina para darle color, para evitar que las pieza se suspendieran en la superficie de la solución y ello dificultaba el proceso de tinturado, simplemente decidí no cortar y tinturar toda la lámina. La solución de alcohol y colorante era una mezcla que si se almacenaba en recipientes herméticos permitía su uso paulatino, a diferencia de proceso de coloración al calor que el tinte era desechado.

Solución Colorante

Cuando utilizaba el proceso de tinturado al calor y agua el secado del material una vez impregnado de tintes  era lento y dispendioso, por ello decidí implementar una herramienta de secado basada en una superficie en aluminio perforada que colocaba al calor de una estufa, este paso  no ofreció el resultado esperado, ya que las láminas se secaban y se volvían quebradizas. Con la técnica de tinturado aquella que aprendí de la artesana del Valle del Cauca (alcohol mas tinte) permite un secado rápido, sin ayuda de ningún equipo especializado. El artefacto diseñado y usado en mis primeras experiencias, hoy se conserva como "pieza de museo" una reliquia que representa el esfuerzo por implementar y mejorar la técnica.


El pegante de madera  que utilicé años atrás lo reemplacé por pegante de contacto y esto ha permitido más agilidad en el proceso de pegado de secciones ya que requiere  menos tiempo de secado.


Después de 22 años de experiencias algunas negativas y muchas más positivas tengo la satisfacción de haber logrado implementar y desarrollar una técnica, para muchos desconocida "Enchape con Hoja Caulinar de Bambú - Guadua", de haber podido comprometer a la familia, de poder impulsar a otras personas para la utilización y difusión, y  de haber creado la empresa CAULINARTE que día a día se perfila como emblema del municipio, del departamento y de un país que reconoce a la Guadua como un emblema cultural.

lunes, 28 de marzo de 2016

CAULINARTE




Empresa colombiana  que desarrolló la técnica de enchape  con lámina de hoja caulinar de bambú guadua, se especializó en la elaboración de artículos  artesanales decorativos y funcionales.
Localizada en el municpio de Circasia Quindío. Al implementar esá técnica hacemos un homenaje a una especie muy representativa de nuestra región cafetera y que ha marcado el desarrollo de nuestra historia y cultura, La  Guadua Angustifolia Kunth.

TODO TIENE UN COMIENZO

Luego de atreverme a explorar por   un camino, nunca antes recorrido, llega el momento de hacer retrospectiva de lo vivido y compartir mis experiencias.

Describir el punto de partida a veces es confuso y es necesario hacerlo desde los recuerdos de aquel niño que jugaba entre cafetales, corría entre potreros y disfrutaba observando los guaduales en la vera del camino, disfrutaba de las aves, de sus bellos coloridos y maravillosos trinos, me sorprendía el árbol con su fruto maduro, aprendí a ver lo natural y lo sencillo, aprendí a valorar todo aquello que alegraba mis sentidos. Nunca he dejado de sentir ni de dibujar, simplemente ha sido natural en mi vida, tanto en la escuela y el colegio me destaqué en este sentido, por cosas de la vida conservo mis calificaciones desde segundo primara y ello confirma que fui un pilo en estética y pintura, recuerdo muy bien mis dos primeras “obras”, una de ellas la hice con la ayuda de una revista de pintura y la otra de una imagen de periódico de cuatro chicos felinos, con ellas participé en un encuentro de pintura de los colegios de Armenia en el año 1984, me gradué de bachiller en el año 1985 por circunstancias del destino en el año 1992 terminé estudiando en Pereira, Artes plásticas, era una Licenciatura, sin pensar en convertirme en profesor de arte algún día. 


  
Recuerdo que a mi casa materna en Armenia llegó una invitación de participar en el Primer salón de octubre. Para aquel entonces empecé a experimentar con elementos no convencionales, ya que quería hacer algo diferente, inicié con palos, con semillas, con hojas secas, con piedras y recordé aquel “capacho”, aquel de la vera del camino, aquel que nadie quería y abundaba en nuestros guaduales y que seguía rodando sin dueño, sin sentido. Con recelo lo tomé del suelo, lo levante, lo limpié, lo destrocé, y lo sometí a cambios de color, lo convertí en oro, en agua, en carbón, en naranja, en verde hoja utilizando vinilos, lo toque, lo pulí, lo pegué  en cartón piedra, e hice realidad mi sueño, una obra “deslumbrante, majestuosa y  única” y la presenté a aquel Primer Salón de Octubre;  ya me sentía un ganador , dentro de mí había vencido, no era óleo, ni lápiz, no era grabado ni fotografía, no era  una instalación ni escultura, era  sencillamente mi obra. 

 

Cuando supe que no fue tenida en cuenta para la exposición, no me sentí vencido, regresé a la realidad y continué mis estudios, alguien se interesó en la obra y fue mi primera obra vendida retomé a aquel “capacho” seguí explorando sus posibilidades y realice una segunda obra que también fue vendida y decidí explorar con más detalle este material, pensando en la tesis de grado, durante la investigación supe que el capacho era niña y se llamaba Hoja Caulinar de Guadua. Y en el año 1998 luego de toda la investigación y documentación de los usos de la guadua, propuse la Hoja Caulinar como materia primordial de mi tesis de grado y la finalidad era presentar 17 obras  basadas en el tejido de cestería, tuvo un título  algo extenso pero divertido; HOJA CAULINAR DE BAMBU GUADUA, Un Presente Hecho Realidad Con Notas De Un Pasado Artístico y Cultural; en diciembre del año 1998 me tocó sustentarla ante el consejo estudiantil, Concejo académico, rector de la universidad, directora de tesis, calificadores, estudiantes, etc. y por todo el proceso de investigación, por la innovación y por el resultado final me fue otorgado el título de Laureado en Abril de 1999, con ello pude obtener el título de Licenciado en Artes Plásticas de la Universidad Tecnológica de Pereira. 

Con este aliciente seguí transitando por el mismo sendero, ya convencido que lo hacía por buen camino, ahora el paso a seguir era convencer a otros y tocar unas cuantas puertas, la familia empezó a creer, pero las puertas no se abrieron, seguí adelante, perseverando, aprendiendo de la experiencia, pero lo mejor era que ya no caminaba solo, la familia me acompañaba y creía en ello.

En el año 2003 ante Cámara de Comercio de Armenia nace legalmente CAULINARTE. Y este es el comienzo de una empresa que crece, que ama, que vive y que crea con un elemento natural y prodigioso llamado Hoja Caulinar y de una técnica pionera en el municipio de Circasia que hace parte ahora de su cultura y de su identidad. 

Se me olvidaba un detalle, la primera obra volvió a mis manos, después de muchos años; ajada, maltratada, pero con un valor incalculable, no solo ocupa un espacio muy importante en el taller y en mi sentir, es la prueba de que una idea puede convertirse en un proyecto de vida y que algo tan insignificante puede transformarse en algo tan maravilloso e importante y que marca el rumbo de muchas de nuestras vidas .